Los agentes han dejado de acceder a la sala con imágenes de las cámaras de seguridad tras ser desautorizados durante una actuación policial
La Guardia Urbana de Barcelona se ha quedado sin los ojos bajo tierra que les ayudaban a llevar a cabo los dispositivos policiales contra el top manta en las calles de Barcelona. Un enfrentamiento entre manteros y guardias urbanos en la estación de plaza Catalunya el sábado 16 de diciembre tuvo repercusiones directas en la otra punta de la ciudad, en elcentro de control de seguridad y protección civil que Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) tiene en la Sagrera, desde donde se visionan todas las cámaras de seguridad del suburbano. Cuando el agente allí presente informó al jefe de sala de TMB que la Guardia Urbana iba a entrar en la estación a realizar detenciones, el responsable de la empresa de transportes lo expulsó del centro de control.
Desde entonces, la policía local no ha vuelto a pisar ese lugar desde el que se supervisa la seguridad del metro, según el portavoz de Comisiones Obreras en la Guardia Urbana, Jordi Gallart. La empresa pública de transportes ni confirma ni desmiente la versión sindical, y fuentes municipales desvían la atención recordando que el lugar indicado para la Guardia Urbana y los Mossos d’Esquadra es la sala conjunta de mando del carrer Lleida, desde donde pueden acceder a las imágenes de las videocámaras de TMB en tiempo real sin necesidad de estar en sus instalaciones. Los sindicatos de la Urbana, en cambio, explican que desde el verano del 2016 es habitual que un agente se desplace hasta el centro de control de seguridad de TMB. “Su cometido es visionar las cámaras para informar a los compañeros que están en la superficie de los movimientos que hacen los vendedores ambulantes y así facilitar los dispositivos de seguridad contra el top manta”, explica el portavoz de CC.OO. Los Mossos d’Esquadra hacen lo mismo, de manera aislada, cuando actúan contra los carteristas en el suburbano.
La ruptura de la colaboración entre TMB y la Guardia Urbana fue motivo de debate político ayer en la comisión de Presidencia del Ayuntamiento. La concejal socialista Montserrat Ballarín interpeló al comisionado de Seguridad, Amadeu Recasens, sobre “la falta de apoyo político que sufren los agentes” en la lucha contra el top manta, aunque no obtuvo ninguna respuesta convincente. El PSC considera que “el fenómeno se está cronificando, es permanente en el tiempo, hay más espacios ocupados que nunca y se han creado auténticas zonas de impunidad”. Una de ellas sería el metro y el ferrocarril, donde el cuerpo policial tiene prohibida la entrada en los operativos contra el top manta si no es por causas de fuerza mayor como la del día que originó el conflicto con TMB, cuando intentaron parar a un grupo de manteros y recibieron como respuesta el lanzamiento de piedras desde las vías. Cuatro agentes resultaron lesionados, uno de ellos con heridas que podrían provocarle una pérdida parcial de la visión.
La Guardia Urbana de Barcelona hace un mes que no accede al centro de control de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) después que en diciembre el jefe de sala desautorizase a uno de los agentes a raíz de una intervención en el subsuelo, según denuncia CCOO al cuerpo policial. Así lo avanza La Vanguardia y lo ha confirmado el sindicato. En cambio, fuentes municipales aseguran que la Guardia Urbana no ha tenido nunca un lugar fijo en el centro de control de TMB porque no es una sala de seguridad, sino que su presencia está condicionada a dispositivos policiales o cuando a la gestora del transporte público le interesa por motivos de seguridad. Vigilancia a la venta ambulante Desde hace unos meses, la Guardia Urbana de Barcelona utiliza las cámaras de este centro de control para visualizar los movimientos de la venta ambulante y poder gestionar mejor los efectivos policiales. El sábado 16 de diciembre, la Guardia Urbana montó un dispositivo para detener a un mantero que habría agredido a un agente lanzándole una piedra en el ojo.
Desde hace unos meses, la Guardia Urbana de Barcelona utiliza las cámaras de este centro de control para visualizar los movimientos de la venta ambulante y poder gestionar mejor los efectivos policiales. El sábado 16 de diciembre, la Guardia Urbana montó un dispositivo para detener a un mantero que habría agredido a un agente lanzándole una piedra en el ojo. Los agentes intervinieron en el subsuelo sin seguir los protocolos establecidos para las actuaciones contra la venta ambulante, persiguiendo al presunto autor de un delito flagrante de atentado a la autoridad, según explica el responsable de comunicación de CCOO en la Urbana y de la Agrupació de Policies Locals de Catalunya, Jordi Gallart. Agentes de la Guardia Urbana entraron en la red de metro bajo la plaça de Catalunya, donde se pensaban que se encontraba el autor de la pedrada, pero finalmente no lo localizaron. Según explica Gallart, entonces el jefe de sala se quejó de que no se le había avisado de esta intervención y expulsó al agente que se encontraba en el centro de control. El portavoz de CCOO en el cuerpo policial afirma que desde esta desautorización la Guardia Urbana no ha vuelto al centro de control y asegura que, desde hacía un año aproximadamente, un agente, mañana y tarde, se posicionaba en la sala de TMB para poder hacer este servicio, sobre todo para actuar contra la venta ambulante. El agente expulsado escribió un informe a los superiores para explicar lo que había ocurrido. Gallart lamenta no tener constancia de que algún responsable municipal, como el comisionado de Seguretat, Amadeu Recasens, haya preguntado a TMB sobre los hechos del sábado 16 de diciembre para poder aclararlos. Fuentes municipales puntualizan que la Guardia Urbana no ha tenido nunca una presencia fija en el centro de control de TMB, aunque sí que era un servicio frecuente y que se había incrementado en los últimos meses.
La Ciutat 13:00h 18/01/2018 Ondacero
Parlem amb Jordi Gallart, portaveu de CCOO a la Guardia Urbana sobre el conflicte d’aquest cos policial amb TMB. Min.13.
La sección sindical de CCOO en la Guàrdia Urbana ha denunciado este miércoles que desde hace, aproximadamente un mes, los agentes del cuerpo de la policía barcelonesa no pueden acceder a la sala de control de TMB, de la calle de Josep Estivill, donde se encuentran las cámaras del metro para poder controlar a los vendedores del top manta.
El Ayuntamiento ha negado que este hecho sea cierto y asegura “que a esta sala la Guàrdia Urbana sólo va cuando hay un dispositivo concreto”, casi siempre contra el top manta, “no de manera rutinaria”, y que siempre que requiere acceder lo hace sin problema. Las mismas fuentes dicen que los agentes pueden seguir lo que ocurre en el metro, a tiempo real, desde las cámaras de la sala de coordinación que la policía local tiene con los Mossos en la calle de Lleida.
Según ha explicado el agente y miembro de CCOO, Jordi Gallart, los agentes no pueden entrar en la sala de control de TMB desde el 16 de diciembre. Ese día se produjo un enfrentamiento entre guardias urbanos y vendedores del top manta en la plaza de Catalunya, en el que un policía resultó herido de gravedad tras recibir una pedrada en el ojo.
IDENTIFICAR A UN AGRESOR
“Normalmente, cuando la Guàrdia Urbana interviene en el metro, se comunica a TMBporque así lo marcan los protocolos existentes”, explica Gallart. Ese día no fue así porque el dispositivo estaba en marcha y los agentes entraron detrás de los manteros para identificar y detener al agresor. “Se estaba persiguiendo un delito”, recuerda el representante sindical.
Siempre según la versión de CCOO, la entrada de la Guàrdia Urbana en el metro sin avisar no gustó al jefe de la sala de control de TMB que acabó echando al guardia urbano que estaba allí en acto de servicio.
Fuentes municipales aseguran no tener constancia de esta expulsión y reiteran que la sala de control de TMB “no es una sala de seguridad” y que la Guàrdia Urbana sólo hace acto de presencia cuando se está actuando en un dispositivo concreto. “Diariamente, los agentes no tienen que estar allí”.
En cambio, Gallart afirma que, desde hace dos años, la presencia de la policía en esta sala es muy habitual. “Vamos casi a diario. Nos permite optimizar recursos. Así sabemos donde se colocan los manteros o por donde entran o salen”. CCOO explica que para acceder necesitan tener el permiso de TMB, no basta con identificarse como policías. El agente dice que los Mossos hacen lo mismo, en su caso para controlar a los carteristas que actúan en el suburbano.
A CCOO no le consta que ni el jefe de la Guàrdia Urbana, Evelio Vázquez, ni la alcaldesa Ada Colau, máximo cargo político de los agentes, hayan hecho alguna gestión con TMB para solucionar esta situación. La presidenta de TMB es Mercedes Vidal, la concejal de Movilidad de Colau.
Este nuevo enfrentamiento entre el gobierno de Colau y agentes de la Guàrdia Urbana ha sido destapado por el PSC. Este miércoles, en la comisión de Presidencia, Derechos de Ciudadanía, Participación y Seguridad y Movilidad, la concejala Montserrat Ballarín ha preguntado al comisionado de Seguridad, Amadeu Recasens, si era cierto “que hace 15 días que se ha retirado a la Guàrdia Urbana el acceso que tenía a las imágenes de la sala de control de TMB, como denuncian los sindicatos”. Recasens no ha contestado a la pregunta de Ballarín, “por falta de tiempo”, dicen fuentes municipales.
En la misma comisión, Ballarín ha cargado contra la política municipal contra el top manta. “No solo no se ha frenado en la ciudad, “sino que está adquiriendo unas dimensiones nunca vistas y se está convirtiendo en un problema crónico”, sostiene Ballarín. El PSC opina que en la ciudad hay verdaderas zonas de impunidad, “mientras el gobierno de Colau mira hacia otro lado”.
ABORDAJE SOCIAL Y DE SEGURIDAD
Ballarín considera que es necesario dar soluciones a los comerciantes y a la ciudadania en un problema que ha generado ya diferentes conflictos de convivencia y seguridad en el espacio público. El PSC defiende un abordaje social del top manta, pero sin olvidar la seguridad. “No podemos permitir que Barcelona se convierta en una ciudad sin ley”, ha subrayado Ballarín, para quien “no hay voluntad política para garantizar que el espacio público sea de todo el mundo”.
La edil socialista ha recalcado el apoyo a la Guàrdia Urbana. “No cuestionamos el papel de la Guàrdia Urbana. Cuestionamos y denunciamos la falta de apoyo político que sufre”, ha denunciado Ballarín.
El comisionado de Seguridad, en cambio, opina que el fenomeno del top manta ahora, “está más contenido que en otros momentos” y subraya que la actuación de de la Guàrdia Urbana es “intensa y notoria” para combatir esta práctica ilegal, aunque no puede desatender otras necesidades. Según Recasens, la Guàrdia Urbana no puede ser una policía que se dedique sólo a perseguir manteros.